Ayer fue uno de esos días en que el trabajo se acaba convirtiendo en un infierno. Demasiadas horas escribiendo sobre un vil asesinato perpetrado –asumámoslo ya de una vez por todas- por un grupo de mafiosos, sin trabajo, que dicen matar por Euskadi cuando lo único que quieren es seguir viviendo del cuento.
Isaías era un currante, afiliado al PSOE y a la UGT que se retorcería de dolor si pudiese escuchar lo que dicen sobre él un grupo de periodistas desalmados y políticos sinvergüenzas que se dedican al arte de vender mierda.
Iba a escribir sobre lo que dijeron ayer Jiménez Losantos y sus colegas de trinchera. Pero he decido que mejor no, que me niego, que no quiero dedicar más tiempo a este tipo de personas. Que no merecen la pena.
Frente a su odio, leo a Rafaela Romero Pozo, presidenta de las Juntas Generales de Guipúzcoa y juntera del PSE. Fue concejal socialista de Mondragón entre 1995 y 1998. “Te echaré de menos”, le dice Rafaela en El País a su compañero de partido Isaías Carrasco. Después, me reconcilio con este país.
Descanse en Paz Isaías Carrasco, afiliado al PSOE y a la UGT.
Isaías era un currante, afiliado al PSOE y a la UGT que se retorcería de dolor si pudiese escuchar lo que dicen sobre él un grupo de periodistas desalmados y políticos sinvergüenzas que se dedican al arte de vender mierda.
Iba a escribir sobre lo que dijeron ayer Jiménez Losantos y sus colegas de trinchera. Pero he decido que mejor no, que me niego, que no quiero dedicar más tiempo a este tipo de personas. Que no merecen la pena.
Frente a su odio, leo a Rafaela Romero Pozo, presidenta de las Juntas Generales de Guipúzcoa y juntera del PSE. Fue concejal socialista de Mondragón entre 1995 y 1998. “Te echaré de menos”, le dice Rafaela en El País a su compañero de partido Isaías Carrasco. Después, me reconcilio con este país.
Descanse en Paz Isaías Carrasco, afiliado al PSOE y a la UGT.
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